Por Matías Antonio
El Gordini el apodado ''Ratón Escandaloso''
Este auto de la marca francesa sorprendió
con su aparición en el TC por tan solo dos carreras pero eso no le quitó ser
parte de la historia.
Corría el año 1966 dos años antes había debutado
en la categoría reina de la Argentina el modelo Chevitú, y como en la vida el
TC iba sufriendo cambios, a las cupecitas se le fueron sumando nuevos modelos
denominados compactos.
En la fábrica IKA trabajaba un muchacho que
se llamaba Oreste, aquel oriundo de Rafaela que años después asombraría a todo
el mundo motor en Nurburgrin con los Torino, comenzaba a hacerse un nombre
dentro del automovilismo argentino y qué mejor que tomar un modelo que conocía
para modificarlo y llevarlo a las pistas para ver que podía demostrar.
Berta decidió tomar el modelo 1093, un auto
que competía en Turismo Mejorado (de muy buena performance) para justamente
modificarlo a su gusto y que pudiera hacerle frente a los Ford y Chevrolet de
la época.
Fue así que su motor francés Ventoux de 850
cc y 35.5 HP a 4500 rpm logró mejorarlo con 1000 cc y 98.8 HP a 7500 rpm,
haciendo retoques principales en la admisión y los escapes, se lo equipó con
dos carburadores Weber de doble cuerpo.
Para el chasis se le mejoró la trompa
(Heriberto Pronello realizó algunos trabajos) cambiando la original por una de
fibra de vidrio reduciendo su área frontal a través de un conducto que reducía
la presión eliminando el aire por la parte posterior del vehículo, se le bajó
el techo conservando las medidas originales de las puerta como marcaba el
reglamento y se le colocaron deflectores en la parte baja de las puertas
traseras.
Las llantas eran de 6¨ y los neumáticos
derivados de la F2 de 5.50 x 13¨ sumado a su bajo peso (400 kilos contra los
1500 de los TC) hizo que el modelo estuviera listo para el experimento.
El Autódromo de Bs As se asombró al ver este
pequeño auto blanco (el numero 25 en sus laterales y trompa) el 13 de Marzo de
1966 en la denominada Vuelta de Ensenada, lo manejaba Eduardo Copello y hasta
se dio el gusto de liderar la serie y finalizar tercero. En la final largando
3ro tomó la punta durante dos giros y tras un mal armado por el apuro del equipo
para ponerlo en pista ese día la manguera del radiador se soltó y adiós
carrera.
En palabras del propio Berta el auto doblaba
mejor y frenaba mejor que los autos teceistas, eso sí, no alcanzaba la misma
velocidad final que los TC pero lo compensaba con el menor peso y la
velocidades media; de hecho se estipula que alcanzó una velocidad máxima de 190
km/h en esa carrera.
La segunda carrera también lo tuvo como
protagonista nuevamente en Bs. As. El 8 de Mayo otra vez no pudo completarla y
luego la ACTC decidiría modificar el reglamento y estipular un peso mínimo de
1000 kilos echando por tierra todo el buen trabajo mecánico que se había
realizado en él, quizás abriendo el paraguas ante la amenaza de lo que pensaban
ellos podría generar este pequeño auto, que un periodista de la revista
Automundo decidió apodarlo el Ratón Escandaloso.
Solo dos carreras le bastaron a este modelo
para dejar marcada a fuego una frase del maestro Froilán González que decía ¨al
progreso no lo para nadie¨.